CARTA DE DESPEDIDA Y AGRADECIMIENTO

Alcorcón 17 de Julio de 2012

Queridos Padres:

Os escribo estas líneas para exponer brevemente mis motivaciones a la hora de dejar el Gimnasio Okinawa y unirme al proyecto de Carlos Arroyo.

                Como los que han compartido tiempo conmigo ya conocen tengo 38 años y llevo haciendo judo en el Okinawa desde los 3. Con maestros como Santiago y Javier Rodríguez, Ignacio, Francis, Ana Martínez, Jorge Valcárcel y mi querido Juan Carlos Esparza. Impartiendo clases desde los 14 años allí mismo y en otros centros en los que se me ha dado oportunidad. Nunca he sido bueno compitiendo pero si rodeándome de niños. Y ellos lo vieron antes que yo mismo.

                De todos ellos, y de los maestros de los que sigo formándome, me quedo para entender mi decisión con el consejo que  mi maestro Jorge Valcárcel me dio al  enterarse de mi situación laboral en el Okinawa: “Si quieres dignificar esta profesión debes dignificarla tu”. Y eso he hecho.

                Ante la imposibilidad, a mi manera de ver, de poder llevar mi proyecto educador. Tanto por instalaciones, infraestructuras, horarios, cooperación, seguridad y continuidad. He tenido que tomar una decisión, que en un momento pedí y no se dio.  Y tomé esa decisión porque  deseo poder vivir de mi profesión dignamente para poder tratarla con igual dignidad, tal y como se me aconsejó. Dedicándome  a ella con toda mi atención y animado en formar parte de la vida de todas esas personitas que pasan por mi lado. Ayudándoles a crecer y discernir lo que es correcto de lo que no. Superar su miedo al enfrentamiento canalizándolo y difuminándolo. Es por eso que decidí marcharme y avisar a mis padres.

                En ningún momento quería dar a entender que el Okinawa se trasladaba, y si se ha entendido así, pido disculpas. El que se traslada soy yo, con mi historia y mis métodos. Y me pongo a disposición de todos los padres que deseen saber donde estoy y quieran localizarme.  Para formar y seguir formándome. Tan sencillo como eso.

                Muchas gracias a todos mis padres, que me han dejado participar de sus vidas y de sus mayores tesoros. Es por ellos que he mirado más alto en un intento de ofreceros lo mejor.

Atentamente.

Antonio José Silva Yubero.

Profesor de Judo.